sábado, 13 de julio de 2013

Fatídica impostura


El adversario, de Emmanuel Carrère (París, 1957),  editado en Anagrama en 2012, es un relato espeluznante y brutal, una historia real escrita magistralmente. Todo el texto configura una creación sobre el engaño, la impostura y su desenlace fatídico.

Los hechos ocurrieron en 1993. Jean-Claude Romand, agobiado por una vida falsa y, después de haber mantenido, casi veinte años, la impostura de fingir ser un destacado médico de la Organización Mundial de la Salud en Ginebra ante su familia y allegados, mató a sus padres, su mujer y sus dos hijos, intentó quitar la vida a su amante y, finalmente, fracasó en su intento de suicidarse, quemando la casa donde vivía, junto a los cadáveres de su esposa y sus dos pequeños.

El reto planteado para Carrére sobre estos hechos terriblemente trágicos era abordar un reportaje desde una posición neutral, si tomar partido. Una tarea difícil para no acabar implicado como juez de estos hechos. Emmanuel Carrére toma ese riesgo y consigue escribir un relato implacable sobre los crímenes de Romand. En El adversario, el escritor parisino narra la historia real del sujeto, manteniéndose lejos de los acontecimientos conocidos, pero implicándose personalmente en ellos. Intenta meterse en la mente manipuladora de un criminal para llegar lo más lejos posible en la búsqueda de la verdad, del porqué lo hizo, hasta las consecuencias que determinaron aquel desenlace fatal y monstruoso. Carrére lo logra, e incluso, consigue transmitir una intensa compasión al lector, sin que este deje de aborrecer el alma de demonio que encierra el personaje.

Jean-Claude Romand

El adversario es una obra inclasificable, más afín a la novela testimonio, por la analogía que guarda con la memorable novela A sangre fría, de Truman Capote. Narrada mayormente en tercera persona, pero también ese narrador omnisciente en algunos pasajes deriva hacia el narrador testigo que desempeña Carrére para lograr acercarse al lector como investigador y periodista del caso, pero sin vincularse a lo ocurrido, no implicándose emocionalmente. Carrére sabe que no debe imponerse a la realidad, que lo que cuenta no tiene que encubrir la crueldad de los hechos, ni la mente criminal de Romand, porque es consciente de que la función de la literatura es sólo reinventar la realidad. Y ahí es donde el escritor francés alcanza su objetivo y triunfa. Carrére crea una novela extraordinaria, imposible de caérsele de las manos al lector, que atrapa por su genialidad y salvajismo.

Emmanuel Carrére
El adversario es un relato escalofriante y potente, que subyuga y apasiona por su veracidad y contención, escrito con inteligencia y maestría. Emmanuel Carrére continúa con la saga de los escritores de obras candentes e inolvidables que merodean por el periodismo de investigación, pero elevado a la potencia de la literatura con mayúscula. 

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